miércoles, 1 de abril de 2009

La Pasión de Jesús a Través de las procesiones

El poeta, escritor, dramaturgo y maestro Ramón Molina Navarrete pregonó la Semana Santa de Jaén 2009. Tuvo palabras de agradecimiento, hizo autocrítica del movimiento cofrade y recorrió la Muerte y Resurrección de Jesús a través de las diferentes procesiones de Pasión.

El Nuevo Teatro Infanta Leonor fue el lugar elegido para la declamación del pregón oficial de la Semana Santa de Jaén 2009, que corrió a cargo del poeta, escritor, dramaturgo y maestro Ramón Molina Navarrete. Una actividad organizada por la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la Ciudad de Jaén. La novedad de este año fue la actuación previa con la que la Banda de Música Reina de la Amargura —perteneciente a la Sociedad Filarmónica de Jaén y dirigida por Sebastián Cabrera Checa— deleitó al público congregado en el espacio escénico.
Molina Navarrete fue presentado por el anterior pregonero, Pío Aguirre Zamorano. El vocal del Consejo General del Poder Judicial elogió al ubetense, al que consideró una de las plumas más privilegiadas de la provincia.
El pregón del literato comenzó con palabras de agradecimiento para todos los que confiaron en él al encomendarle el anuncio de los días de Pasión de la capital. Molina recordó que las cofradías jiennenses tienen una larga historia llena de cambios y transformaciones, aunque añadió que todavía queda mucho camino por andar. En su discurso incluyó la autocrítica y destacó que algunas hermandades fomentan más lo festivo que lo penitencial. En este sentido, resaltó que es necesaria una mayor implicación en las enseñanzas de Jesús. “Cofrades que no se queden parados en la contemplación de las imágenes, comprometidos hasta la médula con el cristianismo”, comentó. Además, añadió: “Ya está bien de lavarnos las conciencias, queremos amor a manos llenas”. Una aclamación con la que se ganó los aplausos del respetable, al igual que en otros momentos de su intervención.

Muerte y resurrección. A partir de ahí, Molina comenzó a hacer un recorrido por los diferentes pasajes de la Sagrada Escritura, a través de los desfiles procesionales que se suceden durante toda la Semana Santa. Desde la entrada de Jesús en Jerusalén, pasando por su Muerte, hasta llegar a la Resurrección. Para el pregonero, la Pasión de Cristo está compuesta por días de profunda tristeza y, al mismo tiempo, de gozo y devoción. Todo ello lo resumió con tres palabras: amor, perdón y esperanza. Además, señaló la pequeñez del ser humano diciendo: “Nada somos por más que parezcamos”.
Uno de los momentos más emotivos del pregón se produjo cuando su autor habló sobre la Virgen María, lo que levantó los aplausos del público. El mensaje que transmitió fue el de que Jesús dejó en herencia a los cristianos la figura de su madre, ejemplo de esperanza, fe y devoción. Por otro lado, incidió en el hecho de que se mantenga vivo, para siempre, en el pan y el vino, elementos representativos de la última cena, en la que se despidió de sus discípulos.

Diario Jaén

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